“Tár” (2022)

“Tár” es fácilmente una de las películas más influyentes del año, no solo por el poderío de talento que es Cate Blanchett, sino también por los temas que aborda. Para muchos, la capa aparente de la cultura de cancelación podría hacerles amarla u odiarla, pero para aquellos que miran debajo de esa capa, hay mucho más.

Blanchett en “Tár” ofrece un estudio de personaje que me recordó al retrato de J.K. Simmons de Fletcher en “Whiplash”, no por la conexión musical, sino por la falta de compasión para encontrar la perfección y la expectativa de que los demás sacrifiquen todo por esa actuación perfecta. Pero ahí es donde termina la comparación, y de hecho, el personaje de Blanchett podría incluso carecer más de valores porque no solo lo hace por la música sino también para abusar del poder que tiene sobre los demás.

La forma en que Todd Field dirigió esta película es magistral por sí sola, nos permite juzgar, nos da el espacio para ver lo bueno y lo malo del personaje, el tiempo para tratar de entender sus razones y nos permite ver la belleza que crea. Al final, decidimos estar a favor o en contra de ella, o tal vez sentirnos atraídos por ambas cosas.

Lo hace todo con una hermosa fotografía y tomas increíbles y, obviamente, eligiendo al compositor adecuado; el trabajo de Hildur Guðnadóttir en “Joker” fue conmovedor y le valió un Oscar, y no me sorprendería si este le diera otro. La forma en que la música conecta todos los estados emocionales de este personaje es como un elemento invisible que lo hace mucho más emotivo.

El final es divertido y un poco fuera de tono, pero funciona perfectamente. Estaba preocupado por a dónde iba todo, pero terminaron haciéndolo funcionar para mí. Esta es una candidata segura para los Oscar de este año, e incluso diría que me hizo cuestionar algunas de mis primeras elecciones. Hay que verla.

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